Dynell Waterman cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió servir con su vida a Dios. Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó lo que manda la Biblia, pero, a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida, muy por el contrario: sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día. Una hermosa tarde, un "amigo" que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó: "Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado." El herrero no respondió enseguida: él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero: En e...